El uso de filtros en movimiento
Este artículo trata sobre la utilización en fotografía de filtros degradados de gelatina o cristal moviéndolos durante el tiempo que dura la exposición. Por lo general, se utiliza esta técnica con los filtros degradados inversos y con los degradados convencionales con acabado recto, sin gradación o hard.
ANTECEDENTES
La fotografía de paisaje puede requerir, en determinadas circunstancias, del uso de filtros, especialmente los degradados, que permitan captar con mayor aproximación las diferencias de contraste que el ojo percibe, gracias a su elevado rango dinámico, pero que la cámara no es capaz de plasmar.
Mi trabajo con filtros comenzó hacia el año 1996, cuando fotografiaba con cámaras de emulsión sobre diapositiva. Entonces disponía de una reducida gama, pero ya contaba con un degradado soft de tres diafragmas de cristal de marca Tiffen. Realizaba muchas fotos sin el uso de filtros, pero los utilizaba aproximadamente en un 15 % de ellas, sobre todo en trabajos de encargo.
Mis inicios con las técnicas de filtros en movimiento se remontan al año 2004, ya con cámaras digitales, con resultados aceptables en las primeras tentativas, que dejaban prever sus posibilidades y durante años las he ido practicando, desarrollando y enseñando en los cursos que he impartido. Su utilización me ha sido muy provechosa, pues me ha procurado imágenes con una estética diferente y que fueron reconocidas con algunos premios en certámenes internacionales en los que se solicita el fichero RAW, lo que excluye imágenes en las que se haya practicado cualquier tipo de retoque digital.
Después de buscar información sobre el uso de los filtros durante años, no he encontrado datos o referencias al uso de filtros en movimiento a nivel internacional, antes de la obtención de mis primeras imágenes con esta técnica. España es, por tanto, el primer país donde comienza a utilizarse el movimiento de los filtros y donde se ha practicado con mayor profusión.
Si efectuamos una búsqueda en Internet con diferentes términos relacionados (como fotografía + filtros en movimiento o mover los filtros en fotografía) aparecen muchas menciones a entradas sobre filtros digitales en Photoshop, pero a partir de la tercera entrada ya aparece el artículo de mi blog, que también publiqué en la web de AEFONA (Asociación Española de Fotógrafos de Naturaleza) y en las sesiones formativas del método online que impartí en el programa Un año de fotografía —para la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM)—, que fue el primero en su género realizado en nuestro país y que ha tenido millones de descargas.
Las búsquedas de conceptos similares en inglés o francés y las consultas a fotógrafos formadores a nivel internacional, realizadas en los cursos y ponencias impartidas durante años a entidades y asociaciones de fotógrafos, indican que, estas técnicas en el extranjero se conocieron años después de que surgieran y son muy poco utilizadas.
Hacia 2011 se comenzó a utilizar la denominada black card, una cartulina negra de forma rectangular que se movía frente al objetivo tapando zonas de altas luces. En España sí hay constancia del uso de filtros en movimiento por parte de fotógrafos paisajistas que han aprendido la técnica, pero ha sido recientemente.
No he encontrado datos del uso de la técnica de los filtros en movimiento antes del año 2004, ni del desarrollo de técnicas similares en paralelo. Aquellos autores que lo han utilizado, lo han hecho en fechas muy posteriores, la mayoría a raíz de los conocimientos que difundí en cursos, ponencias y formación online o por transmisión de los mismos. Algunos de los primeros participantes en estos cursos han sido posteriormente asesores de marcas de filtros, aplicando estos conocimientos.
El interés por la atribución de la invención de estas técnicas no es otro que el de apoyar y dar valor al proyecto conservacionista sobre las costas españolas «SOS Paisajes de Mar». Con estas técnicas se pretende poner en valor la utilización de la fotografía purista en la conservación del medio natural.
CÓMO SURGE
En la práctica, surge de la experiencia con el uso de filtros degradados para controlar el contraste de luz en fotografía de paisaje. Con el uso de filtros degradados inversos y convencionales de acabado hard (duro, definido, sin gradación) se hacía muy evidente el efecto brusco del uso de un filtro en la toma de la fotografía, por el oscurecimiento de la zona donde se ubica la zona teñida, que aparece como una línea marcada. Resultaba muy fácil detectar no solo que se había empleado un filtro en la toma, sino también la zona a la que el efecto de este afectaba. El aspecto de la foto perdía naturalidad y era muy patente el uso del filtro.
La invención de los filtros inversos (reverse en inglés) se atribuye al fotógrafo canadiense Daryl Benson, comercializados por la marca Singh Ray hasta que otros fabricantes los tuvieron disponibles, al parecer por cuestiones de vencimiento de patentes.
La técnica de mover este tipo de filtros es similar al tratamiento que se realizaba en el laboratorio con el tapado de las altas luces, al copiar en papel en blanco y negro desde emulsión. Precisamente de este último surge la idea de la black card, una cartulina negra, de forma variable, aunque normalmente rectangular, que se utiliza para evitar la sobreexposición en zonas de altas luces. Esta cartulina se mueve durante unos segundos en aquellas zonas que aparecen sobreexpuestas y que condicionan el tiempo de exposición. De esta forma se hace un tapado selectivo en una zona de la imagen en el momento de la toma. Yo prefiero utilizar otro filtro para estos fines, sobre todo por una cuestión de colorimetría.
Innovaciones en el uso de filtros en movimiento:Al detectar este inconveniente y en busca de mayor naturalidad en la toma, en la que no deseaba hacer un posterior retoque digital, comencé a utilizar esta técnica de forma regular con filtros en cámaras digitales en el año 2004, buscando variantes en su aplicación y las diferentes posibilidades que ofrecía para solucionar los problemas que me iban surgiendo primero en la realización de los encargos editoriales y de agencias, y de la fotografía de autor en una segunda fase.
– La primera fue mover el filtro a un par de posiciones mientras la cámara exponía en una velocidad de obturación lenta. Al principio sucedió en horas crepusculares, con baja intensidad de luz, cuando la velocidad de obturación se ajustaba a varios segundos, durante los cuales movía el filtro a dos posiciones desdibujando su efecto, haciéndolo menos patente. La siguiente mejora se produjo al incorporar un filtro de densidad neutra o ND, que permitía prolongar el tiempo de exposición incluso en pleno día, con elevada intensidad de luz.
La segunda mejora fue mover el filtro inverso a diferentes posiciones del encuadre mientras la cámara exponía para extraerlo antes de acabar la exposición, lo que permitía controlar bien el grado de oscuridad del cielo, es decir, el grado de contraste en la fotografía de paisaje. Si se dejaba más tiempo o hasta finalizar la exposición, quedaba el cielo más oscuro, mientras que extrayéndolo antes se podía buscar el tono adecuado. De esta forma se podía controlar el grado de luminosidad del primer plano con respecto al fondo.
– La tercera forma de aplicación de estas técnicas es más compleja, pues mientras sucede lo anteriormente expuesto, es decir, mientras un filtro inverso se desplaza unos segundos a una zona del encuadre, luego a otra y posiblemente se extraiga antes de acabar el tiempo de exposición, con otro filtro se va efectuando un tapado de luz de forma muy precisa allí donde se necesite. Así se produce un rebaje de luz adicional en una zona del cielo o el recorte de una forma compleja contra el mismo, obteniendo detalle en las bajas luces del encuadre, mientras que las altas luces del cielo, incluso en contraluz, conservan detalle. Para esta segunda forma de emplear los filtros podría emplearse igualmente una black card, tela negra, la tapa del objetivo o incluso la propia mano si se trata de un contraluz.
Todavía hay una cuarta forma de utilización consistente en colocar el filtro al revés en el portafiltros, haciendo coincidir su acabado recto del borde tintado con el nivel del horizonte. Puede moverse muy ligeramente a una segunda posición, pero no suele ser necesario, y extraerlo si el efecto es muy marcado, es decir, que el cielo aparezca demasiado oscuro. Suelo hacerlo con filtros inversos, en los que se produce un rebaje de un diafragma aproximadamente. El uso de estos filtros de forma estática permite ajustar en la cámara velocidades de obturación rápidas, ya que no son movidos ni extraídos, sino que permanecen en la misma posición durante la toma.
En mi opinión, la combinación de estas técnicas con el uso de una cámara de rango dinámico elevado proporciona resultados muy satisfactorios.
MATERIALES
Para realizar fotografía de paisaje con filtros en movimiento es preciso utilizar un material fiable que permita aplicar la técnica sin problemas añadidos.
Trípode. Debe ser robusto, con sus secciones bien ajustadas y fiables. Lo plantaremos bien afianzado, incluso clavado en la arena o el barro. Algunos modelos de trípode no son lo suficientemente resistentes como para permitir que sus patas sean clavadas a cierta profundidad en el sustrato. En situaciones de fuerte viento, podemos lastrarlo con mucho peso, colgando la mochila o atándolo a una roca en el suelo para afianzarlo y evitar que pueda caer o transmitir vibraciones. Siempre extenderemos primero el tramo inferior, para preservar del barro y el agua salada la tornillería de la juntura. Dado que, para mover el filtro, vamos a tocar el equipo situado sobre el cabezal del trípode durante la exposición, el trípode debe estar muy sólidamente posicionado y debemos comprobar que su cabezal no tenga holguras, pues podríamos obtener una doble o triple imagen, o bien una imagen sin definición, con falta de nitidez. Para aplicar bien estas técnicas no solo debemos utilizar un trípode sin puntos débiles en su estabilidad, también hay que colocarlo adecuadamente sobre el sustrato en el que nos encontramos.
El trípode de mi elección es el Manfrotto 055C, que dejó de fabricarse hace años, pero que ha soportado una dura vida durante décadas de uso. Muchos modelos que he probado no soportan el duro trato al que se les suele someter o bien no ofrecen estas prestaciones de resistencia, fiabilidad y durabilidad.
Sobre el cabezal de trípode, utilizo el Manfrotto 029MK2, con zapata hexagonal, que ofrece varios puntos de anclaje. Este cabezal es de tres ejes, muy adecuado para la fotografía de paisaje, y permite un bloqueo perfecto, sin holguras ni movimiento.
Con este trípode bien afianzado sobre el terreno, con la zapata hexagonal bien apretada bajo la cámara o el objetivo y las manillas de los ejes bien ajustadas, podemos proceder a mover los filtros sin ningún miedo a obtener una imagen doble o trepidada.
Cable disparador o disparador remoto. Permite mantener la exposición por encima de los 30 segundos, en modo Bulb. Es muy recomendable que permita su funcionamiento sin pilas, o bien llevar siempre repuesto, como es el caso de algunos disparadores remotos o intervalómetros. Algunos tienen como punto débil la unión del cable al mando y al extremo del conector, por lo que conviene encintarlo cuando lo adquiramos. Con cinta aislante negra de calidad podemos reforzar estas uniones y tendremos una mayor durabilidad.
Portafiltros. Hay diversos sistemas de portafiltros en el mercado a nuestra disposición. Yo he probado los sistemas de Cokin Pro, Lee y Lucroit, cada uno de ellos durante años.
– Haida. Esta marca ofrece un portafiltros similar al modelo de Cokin P y una variada gama de filtros de calidad en cristal pero carece de degradados en formato rectangular.
– Cokin P. En mi opinión, es un sistema con grandes limitaciones, algo rudimentario, que no se actualiza y muy justo de tamaño para ciertas ópticas. Resulta muy difícil realizar el movimiento de los filtros en sus ranuras, por lo que no es un sistema que nos vaya a permitir aplicar bien esta técnica.
– Cokin Z Pro. De mayor tamaño y mejor acabado, no los he utilizado, pero son una solución a las limitaciones del anterior modelo y permiten aplicar estas técnicas. Hay muchos fotógrafos americanos que utilizan este sistema.
– Lee. La mejora con respecto a Cokin en los defectos antes expuestos ya es notable. Es ligero, bien construido, duradero, con un buen tamaño para evitar viñeteado y que permite un buen movimiento de filtros y extracción de los mismos. Su sistema de pasador para liberar el portafiltros de la anilla es muy práctico para extraer el filtro sin tener que deslizarlo por la ranura. Al hacerlo hay que tener la precaución de que el filtro no refleje luz hacia el objetivo y aparezca en la foto. Su punto débil es la anilla, que se pasa muy fácilmente de rosca con el uso intensivo. La caída accidental del portafiltros y la rotura de filtros se suele producir por este desgaste. El tamaño de las ranuras es fijo y no pueden emplearse filtros de mayor grosor.
– Lucroit. Es un sistema desarrollado recientemente, hace ya unos años, por Javier Olmedo, quien se preocupa de mantenerlo actualizado con los datos que aportamos los usuarios. Además, mantiene un foro activo donde los usuarios muestran imágenes y comparten información. Ofrecen cursos y asesoramiento para el uso del material. Sobre el sistema, está fabricado sobre buenos parámetros de calidad y permite una buena aplicación de estas técnicas. En dos años de utilización intensiva del material no se aprecia desgaste y permite realizar todos los procesos que hacía con anterioridad. Aunque los sistemas Cokin Z Pro, Lee y HiTech disponen también de anilla portafiltros circular de 105 mm para acoplar delante de los filtros de gelatina, lo que facilita ajustarlo todo antes de colocar un filtro de densidad neutra o polarizador, como extra en Lucroit se puede montar la anilla portafiltros de 112 mm de diámetro.
También hay una visera que cubre todo este conjunto para evitar que se produzcan reflejos entre el filtro de gelatina y el de cristal circular que se coloca delante algo separado. Pero es más recomendable, en mi opinión y si la óptica lo permite, colocar el filtro circular roscado en la óptica y el portafiltros delante. Prescindimos en tal caso de la pieza para filtros circulares. Este es el sistema que encuentro más recomendable para aplicar estas técnicas. Otra ventaja del sistema es la de disponer de diferente anchura de ranuras para filtros, que se adaptan con un sistema sencillo de clip, sin necesidad de herramientas. De esta forma, podemos utilizar filtros de diferente grosor.
Filtros. Los filtros de cristal tienen mayor densidad y calidad óptica que los de gelatina. Si queremos mayor definición en la imagen resultante son la mejor opción. Los de gelatina se utilizan cuando no tenemos su equivalente en cristal o bien para obtener determinados efectos como puntos de luz de mayor tamaño. La gelatina permite ampliar el tamaño de las estrellas y de la Luna, dada la menor densidad de la gelatina con respecto al cristal. Utilizo mucho estos filtros en fotografía astronómica y nocturnas de paisaje que incluya la presencia de astros en el cielo.
Es sencillo encontrar filtros polarizadores y de densidad neutra de cristal. Y encontramos diferentes marcas que los fabrican con calidad. Mi elección fue la marca B&W. Son filtros circulares de cristal de alta calidad, rodeados por un aro de metal que los refuerza, y muy resistentes; mientras que los filtros de densidad neutra rectangulares se quiebran y rompen con mucha facilidad al no tener refuerzo en los bordes y ser de considerable tamaño.
La nomenclatura de algunos filtros ND responde a la fórmula:
2n = nº del filtro
2 elevado a n = nº del filtro. Un filtro 8x será 23, por tanto, rebaja 3 diafragmas de luz. Un ND 1000x rebaja 210 = 1.000, diez diafragmas de luz.
En otros casos, la formulación empleada hace referencia a su densidad y cada valor de 0,1 corresponde a 1/3 de EV. Por tanto 0,3 restaría un diafragma completo de luz.
0,3 – 1 diafragma
0,6 – 2 diafragmas
0,9 – 3 diafragmas
1,2 – 4 diafragmas…
El límite actual corresponde a los filtros ND 4,5 de Singh Ray (que equivale a:
4,5 / 0,3 = 15 diafragmas) y el ND 4,8 de Hitech que resta 16 diafragmas.
Sobre los degradados de cristal, se fabrican y se encuentran, pero no sin esfuerzo y normalmente a precios muy elevados. De la marca Tiffen aún los encontramos en stock en algunos establecimientos y seguro que surgirán fabricantes que retomen su fabricación, quién sabe si incluso para los filtros inversos. Encontramos a precios razonables filtros degradados convencionales de las marcas Cokin, Lee, Hi Tech y Singh Ray. He utilizado todos ellos y prefiero los de marca Lee o Hi Tech, que tienen un precio más contenido. Los filtros degradados inversos se fabrican por Singh Ray y Hi Tech. Tras utilizar ambas marcas me decanté por la marca Hi-Tech por su menor precio. Hay algunos filtros de esta marca que se reciben mal tintados, pero es posible reclamar y que nos lo cambien.
Podemos clasificar los filtros degradados según varios criterios:
-Su material: cristal o gelatinas. Los de cristal pueden ser de forma rectangular o circular, en este último caso montados con aro de metal.
-Su tipo: degradados convencionales e inversos.
-Su color: la parte degradada puede ser gris (degradados neutros, que no afectan al color), o bien tintados de un color, entre una amplia gama disponible.
-La densidad del tinte: la parte degradada es posible que reste más o menos luz. De esta forma se clasifican según los diafragmas de luz que reducen.
-El acabado del degradado: Los filtros degradados soft (suaves) funden más lentamente el efecto degradado, mientras que los hard (duros) lo hacen de forma más brusca.
Recomendación de filtros. Básicamente recomiendo utilizar un filtro degradado convencional de 3 diafragmas de acabado soft y otro filtro degradado inverso de 3 diafragmas. Sobre los filtros de densidad neutra, recomiendo utilizar los de cristal circulares con aro de metal. En mi mochila siempre va un ND 64x, que rebaja 6 diafragmas de luz y un 1000x, que rebaja 10 diafragmas de luz.
Combinaciones de filtros. Se suelen emplear combinaciones de hasta tres filtros, aunque normalmente se utilizan dos. Los principales problemas de las combinaciones de filtros son la pérdida de definición en la imagen resultante y las dominantes de color que se obtienen, normalmente magenta. Estas dominantes suelen provenir del tinte del filtro de gelatina, en combinación con el balance de color que empleamos. Es por ello por lo que normalmente se emplea una combinación de un filtro de cristal y un filtro de gelatina. Utilizando dos filtros de gelatina podemos obtener esta pérdida de definición y la dominante de color en la imagen resultante. Este último efecto no debería preocuparnos si el destino final de la imagen es perder el color por un tratamiento de blanco y negro.
Cámara. Determinados modelos de cámaras tienen unas prestaciones de gran interés en general para la fotografía, pero especialmente para la aplicación de estas técnicas. Mi elección es la Canon EOS 1DX.
– Live view. Permite enfocar y componer sin mirar por el visor de la cámara. Con muchas cámaras ya no es posible mantener el autoenfoque al utilizar filtros de densidad neutra muy oscuros, por lo que utilizar el live view y la lupa para enfocar a mano, es necesario y se realiza con gran precisión. Para componer, puede suceder que a través del visor, si utilizamos un filtro ND de 10 diafragmas, no consigamos ver nada, por tanto, ni enfocar ni componer. Los sistemas de live view más recientes permiten tener la imagen en la pantalla LCD trasera incluso en condiciones de muy baja intensidad de luz, por lo que enfocar y componer utilizándolo facilita nuestro trabajo.
– Ruido. Las cámaras de altas prestaciones que han aparecido recientemente tienen una señal muy limpia de ruido y permiten ajustes de ISO muy elevados, por encima de 60.000, valores imposibles hace unos años. Es muy cómodo trabajar en condiciones de baja intensidad de luz sabiendo que podemos valorar subir el ajuste de ISO sin tener que cambiar el filtro ND.
– Rango dinámico. Las últimas tecnologías aplicadas al píxel permiten que capten luz con diferentes velocidades, de forma que, cuando el píxel va captando luz, va ralentizando su velocidad de captación, de forma que es más difícil saturarlo y, por tanto, más difícil sobreexponer las altas luces. De esta forma, el rango dinámico de las cámaras de altas prestaciones que incorporan esta tecnología ha alcanzado los 14 diafragmas. En la aplicación de filtros en movimiento, y en fotografía en general, es muy interesante disponer de un rango dinámico cuanto mayor, mejor. De esta forma el control de contraste que conseguimos con el uso de los filtros en movimiento, se suma al rango dinámico del sensor, expandiendo sus posibilidades.
Objetivos. En la actualidad, todas las lentes que utilizo en fotografía de paisaje tienen un diámetro de rosca de 77 mm. Con un diámetro por debajo de los 65 mm resulta difícil aplicar bien el efecto de un filtro degradado. El diámetro de la lente frontal es algo que suelo valorar a la hora de elegir una óptica, aunque no es fundamental en mis decisiones. Sin embargo, hizo que me decantase por el 70-200 mm f/2.8 en vez de optar por el f/4 algo más económico. Por ello, no preciso utilizar roscas adaptadoras del diámetro frontal de la lente, utilizo una de 77 mm slim, fina, para evitar el viñeteado en los gran angulares y tener compatibilidad en todas ellas.
Objetivos que utilizo:
-17-40 mm f/4
-70-200 mm f/2.8
-24 mm f/1.8
CÓMO SE HACE
El uso de filtros permite el control del contraste en la escena, rebajando luz allí donde hay mayor intensidad, oscureciendo selectivamente aquellas partes que antes aparecen sobreexpuestas, tapando o reservando áreas de altas luces
Es necesario disponer de un adecuado tiempo de exposición para mover el filtro, de más de medio segundo hasta varios minutos o, incluso, algunas horas. Se logra un prolongado tiempo de exposición cuando hay baja intensidad de luz en el paisaje, o bien por el uso de filtros de densidad neutra. En tiempos de obturación muy cortos se suele hacer sin portafiltros, moviendo el filtro con mayor velocidad frente a la lente.
Al comenzar la exposición, el filtro degradado inverso se encuentra en la primera posición; transcurrido un tiempo se desplaza ligera y suavemente el filtro a una segunda posición, podemos hacer lo mismo a una tercera posición si es necesario. De esta forma, el filtro permanece más tiempo donde más falta hace su efecto, es decir, en aquellas zonas de altas luces. Normalmente se extrae el filtro antes de acabar la exposición si el cielo queda demasiado oscuro.
Lo ideal es tomar referencias sobre las posiciones del filtro, por si hay que afinar resultados repitiendo, colocando el filtro ligeramente más arriba o más abajo y modificando el tiempo que permanece en cada una de ellas. No se está moviendo el filtro en todo momento, sino que se desplaza suavemente a dos o más posiciones y se deja el tiempo preciso en cada una de ellas.
Además, puede darse el caso —cuando el hito sobrepasa el horizonte y se encuentra a contraluz— de que, mientras sucede lo anteriormente expuesto, es decir, mientras se desplaza un filtro inverso durante unos segundos a una zona del encuadre, luego a otra y posiblemente se extraiga antes de acabar el tiempo de exposición, con otro filtro se vaya efectuando un tapado de luz de forma muy concisa, allí donde se precise. De esta forma se produce un rebaje de luz adicional en una zona del cielo, o el recorte de una forma compleja contra el cielo, obteniendo detalle en las bajas luces de la misma, mientras que las altas luces del cielo, incluso en contraluz, conservan detalle. Para esta segunda forma de emplear los filtros podría utilizarse igualmente una black card, cartulina negra, papel, tela negra o similar. Se trata de rebajar la luz de forma selectiva en una zona del encuadre o en torno a una figura. Esta técnica, sumada a una cámara de alto rango dinámico, proporciona buenos resultados incluso en condiciones difíciles.
Todavía hay una forma más de utilización consistente en colocar el filtro al revés en el portafiltros, haciendo coincidir su acabado recto del borde con el nivel del horizonte. Puede moverse muy ligeramente a una segunda posición, pero no suele ser necesario y extraerlo si el efecto es muy marcado. Suelo hacerlo con filtros inversos, en los que se produce un rebaje de un diafragma aproximadamente. Por tanto permite utilizar velocidades de obturación rápidas si no se mueve ni extrae.
En algunos casos en los que se observa fricción excesiva entre el filtro y las ranuras del portafiltros al moverlo, conviene untar sus bordes con una fina capa de aceite o vaselina para que deslice de forma fluida. Observaremos que el filtro quede bien sujeto y que no se deslice solo hasta caer al suelo.
VARIACIONES DE LA TÉCNICA
Resultados similares pueden obtenerse mediante el uso de telas, cartulina, la tapa, etc, materiales que se pueden utilizar para rebajar luz. Hay quien utiliza filtros de banda o strips y también una tarjeta oscura, una black card o incluso la mano. Puede también funcionar bien una cartulina negra con un orificio que se mueve frente al objetivo y que permite incluso crear viñeteados.
RECOMENDACIONES
-Estas técnicas son difíciles de aplicar, por lo que conviene practicar con regularidad.
-Conviene elegir un sistema adecuado y que no limite nuestras posibilidades. Mi recomendación es el sistema Lucroit.
-Por su mayor densidad y calidad es preferible utilizar filtros de cristal, tanto en los de densidad neutra como en los degradados.
-Se obtienen mejores resultados con cámaras de alto rango dinámico.
-En algunos casos puede entrar luz por el ocular del visor o por la ventana de plástico donde están marcadas las distancias en el objetivo.
-Hay situaciones difíciles, con luz de contra y elementos de forma irregular que sobrepasan el horizonte o se recortan contra el cielo, en las que conviene combinar las técnicas.
-Si el filtro no desliza bien en las ranuras del portafiltros, podemos aplicar un poco de grasa de vaselina para reducir la fricción, con cuidado de que el filtro no se deslice solo y se caiga. Si el filtro tiene mucha holgura en el portafiltros y no se sujeta, podemos engrosarlo con una delgada tira sencilla o doble de cinta aislante.
Agradecimientos: Javier Olmedo, fabricante de filtros Lucroit, por las facilidades que me da siempre para utilizar y testar sus productos. Raquel de Castro y Javier Alonso, revisión del contenido e ideas. Marián Sáenz-Diez por la revisión de la redacción y mejoras en el texto.